martes, 29 de marzo de 2011

ILÍAS VENEZIS. TIERRA DE EOLIA.



Cuando Elías Venezis nació, en 1904, Grecia llevaba alrededor de unos 70 o 75 años de difícil independencia, declarada en 1832 y gestada por las ideas nacionalistas de comerciantes griegos de dentro y fuera del Imperio Otomano, la ayuda de personajes extranjeros como Lord Byron -que decantaron la opinión pública occidental a favor de Grecia-, y una serie de conflictos con un imperio otomano en declive. A todo ello hay que añadir la fuerte influencia de las potencias extranjeras (Inglaterra, Francia y Rusia) en los parlamentos griegos a lo largo de los años centrales del siglo XIX.

A finales del siglo XIX había empezado a surgir entre los griegos la llamada “Μεγαλη Ιδεα”, la “Gran Idea”: liberar Constantinopla y a los griegos bajo control otomano. Las décadas de los 60 y 70 vieron sucesivas e infructuosas campañas militares griegas contra los turcos. En la última década del siglo XIX una crisis mundial sacudió también Grecia y llevó a muchos campesinos a la emigración, sobre todo a Estados Unidos. A pesar de esto, el entusiasmo por “La Gran Idea” no hizo sino aumentar.

Estos prolegómenos a la hora de hablar de la figura de Elías Venezis

se nos hacen necesarios para entender el mundo en el que nació y las circunstancias históricas que marcaron su vida y su trayectoria vital.

Decíamos que Ilías Venezis, pseudónimo de Ilías Mellos, nació en 1904 en Aivalí, ciudad costera de Anatolia, cercana a Esmirna y foco, como ésta, de un importante helenismo en territorio turco. En 1909, cuando Venezis contaba 5 años, llegó al poder en Grecia Eleftherios Venizelos, un consumado diplomático de gran encanto personal, que canalizó las energías de la clase media y dominó la política de Grecia durante los 25 años siguientes. Venizelos construyó con la ayuda exterior una armada y un ejército de gran eficacia militar que servirá como bastión del enfrentamiento y la gran tragedia que marcó la vida de Venezis.

En estos años se producen también dos hechos determinantes: en 1912 la crisis de los Balcanes (aparición de nuevas naciones balcánicas como Serbia, Bulgaria o Macedonia) y la Primera Guerra Mundial (1914-1917). Es decir, cuando estalla la Primera Guerra Mundial, Venezis tiene 10 años. Ante estos hechos, su familia se traslada a la cercana isla de Lesbos y allí, en Mitilene, Ilías ha de trabajar de panadero, para ayudar a la economía familiar. Regresan a Anatolia en 1919, el año en que Grecia ocupa la zona de Esmirna tras su posicionamiento en la Primera Guerra Mundial al lado de la Triple Entente formada por Rusia, Francia y Gran Bretaña, confiando en que su apoyo a la guerra supondría para el país la concesión de nuevos territorios aún en manos de los turcos.




Pero en 1922, cuando Venezis tiene 18 años, las tropas griegas avanzan desde Esmirna hacia el interior del estado turco y son derrotadas cerca de Ankara por las tropas de Mustafá Kemal, Ataturk. Los turcos persiguieron a los griegos en retirada y tomaron Esmirna sin resistencia, se dice que con la presencia pasiva de cerca de 30 buques de guerra aliados en la costa, que no hicieron nada por ayudar a la población en su huida, sólo poner marchas militares en cubierta para ahogar el ruido de la masacre.

El desastre de Esmirna encuentra a Venezis en Aivalí, donde es apresado por los turcos y llevado a los llamados eufemísticamente “batallones de trabajo”, de facto campos de concentración, donde se usaba la mano de obra cautiva para labores de reconstrucción. Allí Venezis sufrió durante 14 meses las miserias y crueldades de los prisioneros de guerra. Este será el germen de una de sus más famosas novelas, El Número 31328, publicada en 1931, la crónica de sus experiencias en los batallones de trabajo y de exterminio turcos entre Septiembre de 1922 y finales de 1923. El libro es un descensus ad Inferos y una resurrección de entre los muertos, un estudio de la naturaleza humana a través del sufrimiento. Se cuenta que de Aivalí partieron 3000 hombres hacia los campos de trabajo; de ellos, 14 meses después, sólo volvieron 23 –Ilías entre ellos-, lo que da una idea de las durísimas condiciones del cautiverio.

En 1923 se firma un tratado que pone fin a la guerra entre Grecia y Turquía, fija las fronteras, acaba con la “Gran Idea” y se acuerda un intercambio de población para evitar futuras reclamaciones de territorio basadas en el origen de sus pobladores. Turquía recupera la Tracia oriental hasta el río Maritza, Imbros, Ténedos, el territorio de Esmirna y la Armenia occidental.

En este año Venezis, merced al intercambio de población, regresa a Mitilene, donde conoce a Stratis Myrivilis y el círculo literario Primavera Lesbia. Comienza a publicar en la revista Καμπανα, que dirige Mirivilis, sus primeras obras: una serie de entregas sobre sus horribles experiencias como rehén en Turquía, durante el cautiverio; es el germen de su novela El Número 31328, que recoge más tarde, en 1931, en forma de libro, pulido y retocado. Publica también en dicha revista su obra Manolis Lekas y otros relatos.

En 1926, con 22 años, marcha a Atenas y encuentra trabajo como empleado de la Banca Nacional de Grecia, después de pasar por uno de los campos de refugiados en Atenas donde se recibió al millón y medio de griegos refugiados tras el desastre de Esmirna. Una de sus obras lleva el nombre de dicho campamento de refugiados: Serenidad, Γαληνη, donde narra sus esfuerzos por adaptarse a la vida en Atenas. En 1938 se casa con Stavritsa Molyyiati, también procedente de Ayvalí.

Entre 1941 y 1944 Grecia sufre la ocupación alemana. En 1943, con 39 años, Venezis fue detenido por las tropas nazis (parece que por leer un poema a favor de la libertad) y encarcelado, pero es puesto en libertad gracias la intervención de oficiales griegos de alto nivel, como el Arzobispo Damasceno, sobre el que escribirá una obra.

Tras la guerra, sigue trabajando en la Banca y colaborando con artículos y relatos en el periódico “Acrópolis”. A partir de 1944 empieza a recoger los frutos de su labor literaria: premios, reconocimientos, condecoraciones, reediciones de sus obras, traducciones a otros idiomas, etc. En 1957, con 53 años, es nombrado miembro de la Academia de Atenas y deja la banca. Fue también director del Teatro Nacional, presidente del Festival de Cine de Tesalónica y vice-presidente de la Unión Greco-americana. Es la época de los viajes por el extranjero.

En 1971 enferma de un cáncer de laringe, marcha a Londres en busca de tratamiento, pero muere en Atenas, el 3 de Agosto de 1973, con 69 años. Fue enterrado en Mitilene. Sobre su tumba, su epitafio reza: SERENIDAD.

OBRAS

1927

Manw/lhj Le/kaj ki a/lla dihgh/mata (Manolis Lekas y otros relatos).

RELATO

1931

To nou/mero 31328

NOVELA

1939

Galh/nh (Serenidad)

NOVELA

1941

Aigai/o (Egeo)

RELATO

1943

Aiolikh/ gh/ (Tierra de Eolia)

NOVELA

1944

/Anemoi (Vientos)

RELATO

1946

/Wra pole/mou (Hora de guerra)

RELATO

1950

/Ecodoj (Éxodo)

Fqino/pwro sthn Itali/a (Otoño en Italia)

NOVELA

L. VIAJES

1952

Arxiepi/skopoj Damaskhno/j (El arzobispo Damasceno)

O. HCA.

1954

Oi nikhme/noi (Los vencidos)

RELATO

1955

Xroniko/n thj Trape/zhj thj Ella/doj (Crónica del Banco de Grecia)

Amerikanikh/ gh= (Tierra americana)

O. HCA.

L. VIAJES

1956

Wkeano/j (Océano)

NOVELA

1961

Argonau/tej (Argonautas)

L. VIAJES

1963

Mplok C (Bloque C)

TEATRO

1966

Emmanouh/l Tsoudero/j (Emmanuel Tsuderós)

O. HCA.

1969

Arxipe/lagoj (Archipiélago)

RELATO

1972

Eftalou/ (Eftalú)

L. VIAJES

1973/4

Perihgh/seij (Recorridos) - Stij ellhnike/j qa/lassej (En los mares griegos)Mikrasi/a Xai/re (Adiós a Asia Menor)

L. VIAJES


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Ilías Venezis es considerado uno de los escritores de la llamada “Generación de los Años 30”. Escribió obras de diversos géneros en prosa: relatos, novelas, libros de viajes, obras históricas y una obra de teatro.

La que nos ocupa, Aiolikh/ gh/, Tierra de Eolia es la obra que recoge los días felices de sus veranos infantiles en Anatolia. Según sus propias palabras, le movió a escribirla “la necesidad de revivir el sosiego, el hecho de traer a la memoria el que una vez existieron seres humanos, acciones nobles, sentimientos y bondad sobre la tierra. De esa necesidad nació el libro sencillo de la buena gente”.

Tierra de Eolia está estructurada en tres partes: MUNDO, SINFONÍA DEL ALBA y HOMBRES, divididas cada una de ellas a su vez en varios capítulos.

MUNDO realiza en ocho capítulos, poco a poco, una presentación del lugar, del entorno natural en el que se desarrolla la infancia y primera adolescencia del autor: la casa y los huertos de la familia, los bosques, la añoranza del mar, los animales de los bosques, etc. Se presenta también el entorno familiar en sentido amplio: los abuelos, los braceros de la finca, los viajeros de paso que cuentan historias a la luz de la hoguera, los bandidos nobles, los tíos de la ciudad, las hermanas…

Entre este baile de personajes que entran y salen de la historia, la continuidad viene señalada por las figuras de los abuelos, figuras destacadas, grandiosas en su humanidad, sabiduría y magnanimidad, depositarios del conocimiento ancestral de los campesinos que saben estudiar la naturaleza en sus diversas manifestaciones, resignados acatadores de las inclemencias del tiempo, respetuosos huéspedes que acogen a los viajeros que llegan a sus puertas, sean comerciantes o bandidos. Son figuras de otro tiempo, un tiempo en que el honor y la palabra dada de un hombre vale más que el dinero. Incluso los bandidos aparecen sometidos voluntariamente a una ley humana que sobrepasa los límites de las circunstancias del momento y ensalzan su sentido del “deber moral” más allá de la condición de cada uno.

Se entreteje también en esta parte la trama infantil, los diversos episodios de la infancia compartida, los sueños, miedos y fantasías alimentadas entre los hermanos; poco a poco se empieza a desgranar también el lento alejamiento de la infancia y la transición hacia la vida adulta: el primer contacto con la dureza del mundo cuando hay que defender los frutos de los chacales hambrientos, los primeros impulsos sexuales, el primer enamoramiento, etc.

SINFONÍA DEL ALBA, en diez capítulos, tiene como hilo conductor la llegada a la región de una muchacha escocesa, Doris, de antepasados griegos, que viene como esposa del joven vecino Vilarás. La muchacha traerá la alborada de los primeros amores, los celos y las disputas por su atención entre Petros, el protagonista, una de sus hermanas, Ártemis, y un joven cazador “de las estrellas amarillas” fiel acompañante de su joven señora. Los hermanos semiadolescentes se disputan la atención de los dos jóvenes. Esta segunda parte termina de manera trágica no por el conflicto amoroso sino por la irrupción de la macro-historia en la micro-historia, es decir, con la llegada de hordas de soldados turcos, tras el atentado de Sarajevo, que rompen con la vida calma de los personajes y trastocan para siempre su futuro.

HOMBRES, la tercera parte, en cuatro capítulos, habla de la destrucción, del desarrollo y la culminación de una tensión que ha ido creciendo a lo largo del la segunda parte, y que se precipita con la llegada de los turcos. Se intercala el personaje del contrabandista Antonio Paguidas y el desenlace trágico de su amistad con su amigo Garbís. La obra acaba con los preparativos desesperados de la huida por mar de la familia, con el sentimiento de desarraigo que acompañará a los griegos de Anatolia tras el desastre de Esmirna.

En toda la obra se intercalan, entre la trama básica de los personajes principales, otras historias de personajes “de paso”: bandidos, contrabandistas, viajeros perseguidores de quimeras, un noble escocés impedido que narra historias a su sobrino, inoculándole el deseo de Grecia, un pescador que huye para salvar a su hija… Pero destacan también pasajes de profundo lirismo en los que la naturaleza entera siente y manifiesta los sucesos humanos: las olas se enamoran de las montañas, los nogales viajan desde el Caúcaso, la luz busca liberarse de la noche, la tormenta que anuncia la desgracia, las anguilas que desovan en el momento en que se sugiere el amor, una osa que advierte a su hijo del peligro de los hombres, la naturaleza transmite la sensación de peligro y la llegada de la tormenta-guerra… y el final, la tierra, la tierra en la que Venezis cree, como símbolo de su confianza en el ser humano, a pesar de todo.

domingo, 27 de marzo de 2011

Κωνσταντίνος Γρηγόρης Ταχτσής

Este es un resumen de la vida y obra de Κὠστας Ταχτσής, realizado con ayuda de Dipity.com, una aplicación interesante para editar cronogramas y líneas del tiempo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Repaso del vocabulario de la casa

A continuación podéis consultar la presentación que vimos ayer en clase, relacionada con el vocabulario de la casa.

También podéis practicar con un par de juegos que he preparado en purposegames:

martes, 15 de marzo de 2011

Ταξίδι στην Αθήνα

Las fotografías actuales de Atenas ofrecen la imagen de una ciudad mediterránea dinámica y con mucha vida en sus calles.

sábado, 12 de marzo de 2011

Imágenes de ahora y de no hace tanto

Grecia es uno de los paraísos de los fotógrafos. Por todas partes encuentras rincones que quieres llevarte en tu retina y en tu cámara. Aquí os dejo algunas que me han gustado especialmente.

jueves, 3 de marzo de 2011

Repaso del vocabulario de la clase

Γεια σας, συμμαθητές. Aquí tenéis la presentación que vimos ayer, y que sirve para repasar el vocabulario relacionado con la clase.

También os dejo el enlace a un par de juegos de vocabulario que he preparado: el que vimos ayer en clase, y otro con el que podéis repasar las partes del cuerpo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

RESEÑA DE “DEFENSA CERRADA”, DE PETROS MÁRKARIS

El protagonista, Kostas Jaritos, es una persona bastante normal, con días buenos y malos, con momentos de mente lúcida y otros más bien obtusa, con buen y mal carácter. Es un teniente de policía concienzudo, con instinto y buen olfato para las investigaciones, pero no tiene carisma ni mano izquierda. Resuelve sus casos, pero no de manera espectacular o brillante. Sus jefes no sienten especial predilección por él, pero le toleran pues dependen, bien a su pesar, del resultado de su trabajo. Tampoco es especialmente amable con sus subordinados, pero éstos le respetan y aprecian. No le gustan los periodistas pero se ve siempre rodeado de montones de ellos, a la espera de que quiera compartir con los chicos de la prensa alguna noticia.

Incluso en su vida privada tiene estas contradicciones, por otro lado tan normales y que a todos nos suenan. Ama a su mujer, con la que lleva muchos años casado, pero a veces está harto de ella, de sus “charlas” y sus quejas.

Pero su principal virtud y al mismo tiempo gran defecto, es su entrega al trabajo, al que dedica todas las horas del día y de la noche. Cuando tiene un caso entre manos hasta sueña con él. No le deja dormir y es más importante para él que su salud o incluso su familia, de ahí las quejas constante de Adrianí, su esposa.

Vive en Atenas, en un barrio bastante discreto, y nos presenta una ciudad no demasiado mágica, sin similitud ninguna con la idílica Grecia clásica. Una ciudad con sus problemas y sus miserias. De hecho nada más empezar nos encontramos con una huelga del servicio de recogida de basuras que hace que haya que ir saltando por encima de las bolsas para poder andar por la calle.

No escatima críticas al sistema para el que trabaja y al que encuentra montones de defectos, como tampoco pretende mostrarnos un procedimiento y una organización policial infalible. En un momento en que alguien le pregunta si la policía le puede ofrecer protección contra la mafia, Jaritos contesta: “¿Es una broma?. Somos incapaces de proteger a un ciudadano. Ellos tienen más dinero y mejores recursos que la policía. Además nosotros nos vemos limitados por las leyes mientras que ellos hacen lo que le da la gana”. La verdad es que suena bastante real. Deprimente, pero real.

Critica la polución, el tráfico, la sanidad. Hasta el café. El café griego ya no es lo que era. Ahora es aguachirle en vaso de plástico, lo que él llama griego, ma non troppo. Tampoco puede permitirse el lujo de irse de vacaciones: es un policía honrado y su sueldo no se lo permite, pues tiene que hacer grandes economías para que su hija pueda ir a la universidad.

Así empieza esta historia: está de vacaciones en una pequeña isla griega, en casa de su cuñada, pues no tienen dinero para ningún otro “exceso”, cuando un moderado temblor de tierra (5,8 grados), deja al descubierto un cadáver que ha sido enterrado reciente y precipitadamente. Esto es motivo, y a su vez excusa, para dar por finalizadas las vacaciones y volver a casa.

Se incorpora al trabajo con caso incluido, el que se trajo con él, pero allí le encargan otro distinto. El asesinato de un mafioso en lo que parece un ajuste de cuentas. Un caso que nadie quiere y que le han pasando de otro departamento. Su jefe confía en la pronta solución o archivo del mismo. Quiere resultados para la prensa, con la que le encanta tratar.

No obstante Jaritos empieza a investigar y en cuanto empieza a descubrir alguna cosilla, alguna pista que nadie antes encontró, sus jefes le ordenan archivar el caso con prontitud y sin más averiguaciones.

Esto le molesta pero no tiene más remedio que hacerlo. Y sigue con el segundo caso, el que se trajo de la isla. Pero descubre que estos dos casos, siendo diferentes, tienen algunos puntos en común, pocos y apenas relacionados, pero lo suficiente para que no pueda archivar el caso del mafioso. Aquí empieza un difícil camino, investigando ambos casos pero lidiando con sumo cuidado con sus jefes, para que no le aparten también de este otro asunto.

La trama es interesante, bien escrita y amena. Se lee muy rápido, pues no apetece dejar de devorar sus páginas. Y el final es aún más interesante. No dejan de sucederse los acontecimientos a gran velocidad, completando un puzzle al que parecía que no le faltaban piezas, y por último… Lo más sorprendente de todo. Esto ya no os lo cuento.

No intuyes de ninguna manera la resolución del caso. Ni siquiera piensas en un principio, a pesar de que pueda parecer evidente, que ambos casos puedan estar relacionados. Aquí los malos y los buenos no están claramente diferenciados. No todo es blanco o negro, también hay algún gris marengo o blanco sucio. No se castiga a los malos y los buenos se salvan. Como en la vida real, algunos malos se libran de culpa y algunos buenos (o medio buenos) cargan con más de lo que deberían.

En definitiva me ha gustado bastante y me parece un libro recomendable para el que le guste este tipo de literatura.